lunes, 5 de septiembre de 2016

BANDURA Y EL APRENDIZAJE SOCIAL

Uno de los pilares de la psicología moderna es el trabajo de Albert Bandura, quien contribuyó significativamente a ampliar y enriquecer el enfoque conductual, enfatizando el rol que juegan los factores cognitivos y sociales en el aprendizaje y la conducta.

La teoría de Bandura ha sido denominada por él "teoría del aprendizaje social" (Bandura, 1982a) y más adelante "teoría cognitiva social"(Bandura, 1987). Respecto de la imitación, Bandura elaboró la teoría más comprehensiva del aprendizaje imitativo existente hasta ahora, extendiendo el concepto de imitación a los diversos procesos que pueden resultar de la observación de un modelo, entre ellos la adquisición de nuevas conductas.

En la concepción de Bandura, la imitación es una forma de aprendizaje por asociación que puede ser explicada por un paradigma de contigüidad, con lo cual limita el rol desempeñado por el refuerzo tanto en la conducta del modelo como del observador. Estableciendo una distinción entre la adquisición de una respuesta por observación de un modelo, y su ejecución (e introduciendo así la noción de aprendizaje latente), el refuerzo es visto como un facilitador de la ejecución pero no de la adquisición o aprendizaje. Así, el observador puede aprender por la sola observación de un modelo, independientemente de si recibe refuerzo o no, y de si ejecuta la respuesta o no.

De acuerdo a Bandura, la exposición a un modelo puede producir tres efectos generales en el observador:
1) efectos de modelado, mediante los cuales el observador adquiere nuevas respuestas a través de la integración cognitiva de señales contiguas,
2) efectos inhibitorios y desinhibitorios, mediante los cuales una conducta existente del observador es modificada por su observación de las respuestas de un modelo,
3) efectos de facilitación, mediante los cuales la observación de la conducta de otro puede facilitar la ocurrencia de respuestas aprendidas previamente en el observador. Para que tenga lugar el aprendizaje social o por observación y luego se ejecute la conducta, se requieren cuatro tipos de procesos en el observador:
   a) procesos de atención, que regulan la exploración y la percepción de las actividades modeladas;
  b) procesos de retención, mediante los cuales las experiencias transitorias son transformadas en conceptos simbólicos que sirven de modelos internos para la emisión de respuestas y de criterios para la corrección de las mismas;
  c) procesos de producción, que regulan la organización de las subhabilidades componentes en nuevos patrones de respuesta;
   d) procesos de motivación, los cuales determinan que las competencias adquiridas por observación se pongan o no en práctica (Bandura, 1987).
Por lo tanto, si en una determinada situación un observador no llega a simular la conducta del modelo, ello puede deberse a cualquiera de los siguientes factores: no ha prestado suficiente atención a las actividades pertinentes, no ha codificado adecuadamente la conducta del modelo en imágenes y símbolos verbales, no tiene las habilidades necesarias para hacerlo, o no se siente suficientemente motivado para hacerlo (Bandura, 1982a).
De esta muy breve revisión de algunos aspectos de la teoría del aprendizaje social (o cognitiva social) de Bandura, queda claro por una parte la gran influencia que tienen los otros en la conducta del individuo, pero al mismo tiempo el rol muy activo que tiene el individuo en el procesamiento y control de la influencia ambiental.

En la concepción de Bandura, las personas no se limitan a reaccionar a 32 las influencias externas, sino que seleccionan, organizan y transforman los estímulos que las afectan. Por esto, la teoría explica la conducta humana en términos de una interacción recíproca y continua entre los determinantes cognitivos, conductuales y ambientales.

En palabras de Bandura (1987), "La teoría cognitiva social defiende un concepto de interacción basado en una reciprocidad triádica...Según este modelo de determinismo recíproco..., la conducta, los factores cognitivos y demás factores personales y las influencias ambientales operan de forma interactiva como determinantes recíprocos" (p. 44).

Como afirma el autor, esta determinación recíproca "hace posible que las personas influyan en su destino y también establece los límites de la autodirección. De forma que, según esta concepción del funcionamiento humano, las personas no son ni objetos impotentes controlados por las fuerzas ambientales ni agentes libres que hacen lo que les da la gana. Las personas y el medio se determinan de forma recíproca" (1982a, p. 10-11). De esta manera la teoría de Bandura representa una superación tanto del ambientalismo extremo del conductismo tradicional, como del descuido de las influencias sociales en el comportamiento que se observa en muchos enfoques cognitivos contemporáneos. 

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